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"Que tus sueños sean más grandes que tus miedos"

El término graffiti es de procedencia italiana, acuñado por los romanos que ya guarreaban las paredes y sitios públicos con sus profecías y protestas, llevados por el incontenible deseo de compartirlas con sus conciudadanos.

 

Sus orígenes se remontan a civilizaciones con aún mayor solera que, como los macedonios, los griegos, los antiguos egipcios con sus indescifrables jeroglíficos, e incluso los hombres de las cavernas con sus celebradas y tan visitadas pinturas rupestres, utilizaban las paredes de tumbas, viviendas y edificios en general para satisfacer a conciencia uno de los más ancestrales instintos del hombre: el de comunicarse.

 

Es a finales de la década de los 60, cuando los concienciados activistas políticos y los no tan concienciados miembros de las "gangs", hacen suyo este primitivo método de comunicación. Los primeros, para hacer públicas sus protestas, y para marcar el territorio los segundos.

Poco después en la ciudad norteamericana de Filadelfia, el "bombing" sienta los primeros antecedentes del graffiti tal y como hoy lo conocemos. Estos primeros artistas, impulsados por el noble propósito de llamar la atención de la prensa y la comunidad, se dedicaban a bombardear, de ahí el término "bombing", las paredes de la ciudad con su nombre o apodo.

 

En la actualidad se puede afirmar que el graffiti está consolidado. Su presencia es cada vez más numerosa en concursos, festivales, publicaciones, exposiciones, publicidad y por supuesto, internet.

Sin embargo, este auge hace que el debate se traslade ahora al seno de la propia comunidad artística. Hay quienes opinan que, el hecho de que el fenómeno esté en gran medida aceptado por la sociedad y hasta fomentado por las propias instituciones, hace que haya perdido su verdadero sentido y que el auténtico graffiti es el que se desarrolla exclusivamente en la calle, de forma espontánea e ilegal.

 

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